Casa reformada e iluminada

¿Cómo hacer una reforma integral en tu casa?

Una vivienda es algo más que personal. Es algo íntimo que afectará a tu vida y a la de los tuyos, pues ahí es donde empezará y terminará cada día. Para ello, lo lógico es que tu hogar sea totalmente tuyo, a tu gusto y medida. Para conseguir un espacio así, lo mejor es realizar una reforma integral. Ahora bien, para ello hay que seguir una serie de pasos que te llevarán a conseguir la casa de tus sueños. Por eso, en este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre cómo hacer una reforma integral en casa.

Los 9 pasos para hacer una reforma integral en casa

  1. Apunta todas tus necesidades.
  2. Calcula tu presupuesto.
  3. Contacta con una empresa de reformas profesional.
  4. Elige las calidades.
  5. Compara presupuestos y analiza a las ventajas de cada reformista.
  6. Analiza tus necesidades con el reformista.
  7. Realiza el contrato de obra.
  8. Solicita los permisos necesarios.
  9. Haz un seguimiento de la obra.

1. Analiza las necesidades de tu reforma integral

Antes de embarcarte en una reforma completa del hogar, debes tener muy claro qué es lo que quieres. Aquí te recomendamos que antepongas la razón al capricho. Es posible que te encanten los suelos de madera o que siempre hayas deseado tener una cocina abierta. Pero quizás debas priorizar reformas estructurales como los aislamientos o el cableado. Este tipo de gasto te ahorrará mucho dinero en el futuro y la vivienda será mucho más cómoda.

Una vez que tengas claro todo lo que necesitas, haz una lista muy completa y ordenada por prioridad de mayor a menor y haz tu pequeño esquema de cómo deseas que sea tu futura casa.

2. Calcula tu presupuesto para la reforma

Conforme tengas todas tus necesidades bien claras, es hora de poner precio a cada punto. Así, podrás delimitar una línea de hasta dónde puedes gastar. También te ayudará a reordenar las prioridades ya que, una vez que empieces a valorar la parte económica, te desharás de algunos elementos cuyo gasto no compensa tanto.

3. Contacta con reformistas profesionales

Ya tienes claro lo que quieres en la casa y cuánto estás dispuesto a gastar. Lo que necesitas ahora es a alguien que pueda hacerlo realidad. No obstante, no te apresures. Debes tener claro qué tener en cuenta a la hora de elegir una empresa de reformas, cómo trabajan y cómo te entiendes con ellos. Contacta con el mayor número de reformistas de la zona para que te hagan su propuesta.

Tras un primer cribado, sabrás qué empresas te interesan y cuáles no. Evita empresas que no tengan página web ni proyectos publicados. Tampoco contrates con cualquiera que te diga sí a todo, es síntoma de urgencia y la realidad es que un buen profesional debe ser honesto contigo desde el principio.

4. Selecciona las calidades para tu nuevo hogar

Vista interior de hogar

Una vez hayas desechado aquellas empresas que no te generen confianza, deberás acordar qué calidades quieres en tu casa. Lo ideal es que hables con al menos 3 empresas distintas. Así, podrán calcular un presupuesto para tu reforma integral.

5. Comprara presupuestos y las ventajas de cada reformista

Ahora llega el momento de elegir. Compara los presupuestos que te han pasado, analiza bien qué es lo mejor de cada uno y no te dejes llevar por primeras impresiones. Si los reformistas han trabajado locales comerciales, visítalos para ver cómo son sus acabados. Incluso, si tienes la oportunidad, habla con los dueños de esos negocios para conocer de primera mano cuál ha sido su experiencia.

6. Analiza tus necesidades con el reformista

Por fin tienes a tu empresa de reformas perfecta. Ahora llega el momento de poner los puntos sobre las íes y empezar a crear el verdadero proyecto de obra integral de tu casa. Para ello, siéntate con el reformista y debate tu lista con claridad. Dile qué es lo que más quieres, cómo lo quieres y, sobre todo, escucha atentamente. Él te dirá qué es posible y qué no y cuánto deberás invertir para lograrlo. Así, se definirá el presupuesto final.

7. Firma el contrato de obra

Una vez que el proyecto esté claro, tendrás que firmar el contrato de la reforma. Nunca aceptes empezar una obra sin haber firmado este documento. Analiza cada punto del contrato y, sobre todo, fíjate en los plazos. Estos deben ser realistas. A su vez, ten en cuenta que podrán aparecer sorpresas durante la reforma. Investiga cuál es el modo de actuar del reformista ante imprevistos y cómo puedes protegerte de ello.

Lo mejor en este apartado es tener siempre, cómo mínimo, un 20% de presupuesto destinado solo para imprevistos. Puede parecer mucho, pero es lo habitual para que todo salga a pedir de boca.

8. Solicita los permisos de obra

Ahora que ya has firmado el contrato, habla con tu reformista para que te guíe en todo el proceso que supone pedir los permisos de obra. No es algo especialmente complicado, pero es mejor hacer las cosas con seguridad y estar bien informado. En la mayoría de los casos, será el propio reformista quien te proponga este punto y quien te acompañará en todo momento para hacerlo como es debido. Al fin y al cabo a él le interesa tanto como a ti que todo salga como es debido.

9. Haz un seguimiento de la obra

Reforma en el interior de casa

Por fin ha comenzado la reforma integral. Pero aquí es donde realmente empieza lo más importante, pues hasta ahora solo has hecho los preparativos. Para que las cosas salgan como esperas, deberás acercarte a la obra casi a diario, obviamente dentro de lo posible. Así podrás ver cómo avanza todo, saber cómo trabajan, aportar tus opiniones sobre cómo se está haciendo y solicitar cambios si fuese necesario. Este es tu proyecto y debes responsabilizarte de él.

De otro modo, si algo no sale como esperabas, tendrás que aguantarte con el resultado. Lo mejor es estar pendiente. Eso sí, el trato con la empresa de reformas debe ser amable y cordial. Si tratas a los reformistas con vehemencia o con una actitud prepotente, minarás la motivación del proyecto y el resultado será mucho peor. A nadie le gusta que le menosprecien, así que no menosprecies tu propio proyecto, mímalo y traduce eso en una buena actitud hacia la empresa que hará realidad tu proyecto.