Ventajas de las cortinas de cristal en invierno
Cómo sacarles todo el partido
El acristalamiento de la terraza, si se hace con cortinas de cristal y no con cerramientos tradicionales de aluminio, es una mejora que se disfruta al 100% todo el año. Pero, desengañémonos: cuando realmente dices “bendito el día que se nos ocurrió ponernos cortinas de cristal” es en invierno. Es tan sencillo como maravilloso: todos esos metros cuadrados que tenías desaprovechados (y cubriéndose de suciedad y hojas) durante meses, de repente te pertenecen los 365 días del año. Y las posibilidades, entonces, son casi infinitas. ¡En este artículo veremos unas cuantas opciones!
Pero empecemos por el principio: ¿por qué un cerramiento con cortinas de cristal facilita el uso de espacios abiertos en invierno de forma tan eficaz?
“Porque el espacio está cerrado”, respondería cualquiera con sentido común. Y sí. Pero no es sólo eso.
El cristal templado y el aislamiento térmico
Efectivamente, el cerramiento de un espacio abierto es por sí mismo una barrera contra el frío. Para empezar, porque se corta el paso del aire frío, y aquieta el aire del interior, cuya temperatura se disipará más lentamente. Pero el material que corta ese aire frío importa. No todos los materiales son iguales, ni aíslan de igual modo. Y si el acristalamiento de la terraza se hiciera con vidrio corriente, además de ser peligroso, tendrías un aislamiento térmico muy pobre. Sin embargo, el material que utilizamos en los cerramientos con cortina de cristal es vidrio templado. Y eso ya es otro cantar.
El vidrio templado es uno de los llamados vidrios de seguridad, un tipo de vidrios que mediante tratamientos químicos o térmicos presentan resistencias extraordinarias. El caso concreto del vidrio templado, se realiza mediante un procedimiento inventado a principios del siglo XX en Austria:
- Se introduce el vidrio corriente en un horno especial, casi siempre horizontal, que transporta el vidrio o bien mediante rodillos cerámicos, o mediante flotación bajo techo cerámico plano.
- Dentro de ese horno, se eleva poco a poco la temperatura hasta alcanzar entre 575 y 635 °C, que es el punto en el que las capas exteriores del vidrio empiezan a reblandecerse.
- Entonces se enfría de golpe, sufriendo así rápidas tensiones de comprensión en el exterior, mientras que la parte interna del cristal sufre tensiones de tracción. Así, toda la estructura cristalina del vidrio queda alterada.
Esta nueva estructura tiene muchas características, que no es preciso detallar aquí: dureza extraordinaria, aislamiento acústico… pero lo que nos interesa es su relación con la temperatura.
Su nueva estructura, sumada al grosor de unos 10mm que suelen tener las cortinas de cristal templado, es una barrera mucho más efectiva contra el frío.
No es que sea un cristal 100% aislante térmico, como por ejemplo sería uno doble con cámara de aire, pero su conductividad térmica es muy inferior a la del vidrio ordinario.
Su resistencia al choque térmico, es decir, a la diferencia de temperaturas entre una y otra cara del vidrio, que es lo que produce las roturas.
El ejemplo clásico es tomar una bebida muy fría y luego meter de golpe ese vaso helado en un barreño de agua muy caliente. Se rompe a menudo, porque el cristal normal tiene una resistencia al choque térmico de máximo 60 °C de diferencia.
El cristal templado, en cambio, resiste hasta 240 °C de diferencia entre una cara y otra. Esto lo convierte en un cristal perfecto para puertas de horno, o en luces a la intemperie. O, claro, para cerrar tu terraza en invierno, dejando que nieve fuera, mientras dentro estáis calentitos y más a gusto que nunca.
Se trata, por tanto, del material óptimo para el cerramiento acristalado de exteriores como terrazas, balcones, porches, patios o jardines. Más allá de sus otras cualidades, la climatización del interior resulta fácil, barata y segura incluso si el cerramiento no es 100% estanco.
Pero, ¿qué vas a hacer con esa terraza acristalada?
Acristalando tu vivienda para el invierno: beneficios de las cortinas de cristal
En el momento en que instales un cerramiento con cortinas de cristal en tu balcón, terraza o porche, vas a disponer de nuevos metros cuadrados en tu vivienda, con las siguientes características:
- Será un espacio fácilmente climatizable, como hemos visto.
- Será un espacio tranquilo, ya que el vidrio templado es aislante acústico y reduce el ruido del exterior en hasta 60 decibelios.
- Será un espacio extremadamente luminoso, porque no hay tabiques ni tampoco perfiles metálicos, es puro cristal, y por tanto es todo luz natural.
- Será un espacio con vistas panorámicas, en el que uno podrá pasarse el rato que le apetezca simplemente mirando al exterior.
- Será un espacio seguro, porque el cristal templado, como vidrio de seguridad, no sólo es 10 veces más resistente que el vidrio normal, sino que al romperse lo hace en fragmentos pequeñísimos y sin bordes cortantes.
- Será un espacio fácilmente ventilable, ya que abrir una de las cortinas es cosa de medio segundo.
- Será un espacio convertible y readaptable. Porque, si quieres, podrás abrir todas las cortinas en verano y volver a dejar el espacio abierto.
Posibilidades de uso para una terraza acristalada en invierno
Lo primero que debes decidir es la temporalidad del espacio, porque no todo el mundo usa igual sus espacios abiertos, y no todo el mundo usa igual todos los espacios abiertos de su casa.
Espacios abiertos de poco uso
Aunque parece “increíble”, la verdad es que hay muchas familias que no acaban de darle uso a algunos de sus espacios abiertos. Tres ejemplos al azar:
⇒ Un balcón al que nadie suele salir.
⇒ Un porche trasero al jardín que básicamente sirve de lugar de paso y “trastero” pese a su amplitud.
⇒ Una terraza que, desde que los niños crecieron y tirasteis la piscina hinchable, ha caído casi en el olvido.
En estos casos, la opción más inteligente es hacer el cerramiento con vistas a una redecoración “definitiva”: el espacio podrá abrirse cuando quieras, pero esencialmente lo usarás como un interior.
ZONA DE JUEGOS
Las familias con niños le sacan un partido tremendo a un cerramiento de balcón o terracita de poco uso.
Una alfombra de juegos que cubra todo el suelo, algunos muebles de almacenaje bajo, un par de plantitas de interior para darle el “toque invernadero” que tan bien le sienta a un acristalado… y los niños podrán jugar horas y horas recibiendo luz natural, en un entorno seguro y cálido. ¡Y en mitad del invierno!
Al mismo tiempo, se liberan sus habitaciones para dormir, relajarse o estudiar.
ZONA DE ESTUDIO
Al revés: podemos liberar las habitaciones de los peques de la mesa y zona de estudio, y llevarlas al nuevo espacio acristalado. Estudiar y hacer deberes con luz natural es bueno para su vista y para su rendimiento, y en la oscuridad del invierno, que a las 17:00 ya se hace de noche, la panorámica es relajante y agradable.
DESPACHO
Cada vez más familias necesitan un despacho en casa, cada vez más trabajos y profesiones se hacen en remoto desde el hogar, o requieren horas frente al propio ordenador.
El cerramiento de ático con cortinas de cristal proporciona tanto la luz como las vistas para crear una zona de trabajo armónica y agradable, que podrá calentarse fácilmente en invierno. ¡Un lujo!
SALA DE DESCANSO Y LECTURA
Unos sofás cómodos, de mimbre o tipo Poang, las pertinentes plantas de interior, una correcta iluminación artificial para cuando el sol se ponga… con nuestro cerramiento de porches puedes convertir fácilmente un espacio infrautilizado en una sala de lectura hermosísima y cálida para el invierno, y para el resto del año.
COMEDOR CON VISTAS
A veces, lo más sencillo es lo que mejor funciona. Puedes liberar espacio en un salón-comedor atiborrado, o limitarlo a las grandes veladas, y poner una mesa y unas sillas donde las comidas de diario de la familia se compartan con luz natural y vistas panorámicas.
GIMNASIO
¿Estabas buscando el lugar ideal para hacer yoga por las mañanas, perder el tiempo de vista en la cinta o la bici estática, o hacer las pesas y abdominales de rigor? ¡Convierte ese balcón o terracita acristalados en tu nueva zona de ejercicio!
¿No sería genial sudar y ejercitarse en tirantes mientras, al otro lado del cristal, cae la lluvia del frío invierno?
A veces, para motivarnos adecuadamente, sólo hace falta construir el espacio adecuado.
Espacios abiertos de uso estacional
En ocasiones, lo que los propietarios buscan es un aprovechamiento versátil del espacio. Balcones o terrazas que puedan seguir empleándose como tales en verano, pero sin sacrificar el espacio en invierno.
Las cortinas de cristal combinadas con techos móviles, son opción ideal para esto, porque al replegarse todas echándolas a un lado, el balcón, la terraza o el porche quedan de nuevo abiertos para que corra el aire. Pero, dado que el espacio “de invierno” no va a quedar fijo, tampoco debería decorarse de forma “definitiva”. O, si se hace, debe ser empleando materiales que puedan llevar bien la intemperie.
Los combinados de plantas naturales + mueble sencillo de mimbre, o imitación-mimbre artificial, son una buena receta. Todo es móvil y ligero, fácil de desplazar y recolocar. Y, además, estos materiales quedan estéticamente perfectos tanto para exteriores como para interiores acristalados. En el caso de habilitar nuevas tomas eléctricas, es importante protegerlas para cuando queden al aire libre en verano.
Y, en cuanto al uso del espacio, las familias que eligen esta opción suelen transformarlo en comedores o salas de estar que, con mínimos cambios en la decoración, funcionan igual de bien con sol y calor que con viento, lluvia y nieve. Esa es la magia de las cortinas de cristal: la posibilidad de que tu terraza sea todo lo que tu desees, incluso en lo más crudo del invierno.
¿En qué vas a convertir tú ese espacio?
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