Claves para el ahorro doméstico con tu terraza acristalada
La climatización del hogar es uno de esos gastos recurrentes de los que no podemos prescindir, y las facturas de luz y/o gas dan a menudo sustos a todas las familias. ¡En especial en invierno!
En las viviendas con terrazas, balcones grandes, jardines, y espacios abiertos en general, la climatización aún cuesta más: esos espacios abiertos, magníficos para el verano, son una autopista para el frío invernal. Lo que requiere de más calefacción en el interior. Lo que se traduce en mayor factura. ¡Y justo en unos meses (diciembre y enero) en los que ya tenemos montañas de gastos!
Ha llegado la hora de poner coto a ese gasto descontrolado. Y las cortinas de cristal nos ayudarán a conseguirlo.
¿Cómo nos entra el frío en casa?
En un artículo como éste, lo normal es hacer un listado de ocho o diez puntos, con algunos consejos aleatorios para conservar el calor y ahorrar en la factura, y listo. Pero, si queremos ahorrar en serio, hay que entender el frío en serio.
Por ejemplo, ¿por dónde entra? “Hace frío”, decimos. Vale. Pero hace frío afuera. En el interior de la casa, las temperaturas son más elevadas. Es la termodinámica la que hace que ambas temperaturas tiendan a equilibrarse. Y como hay mucho más frío (todo el exterior) que calor (el interior), pues la tendencia es a enfriarse muchísimo.
Pero no ocurre en toda la casa por igual. No todos los materiales tienen la misma capacidad aislante. Y no todos los ángulos son igual de vulnerables. Estos son los puntos débiles por los que el frío penetra para bajar la temperatura de toda la vivienda:
- Las puertas: la puerta de tu casa seguramente será muy sólida, de madera maciza, quizá blindada. Parece impenetrable. Pero no lo es para el frío. El frío se las apaña para colarse por las rendijas: por la cerradura, y por los diminutos espacios entre la puerta y el dintel o el suelo. Especialmente por el hueco del suelo.
- El suelo: el suelo inerte está frío, lo cual es maravilloso en verano. En invierno, menos. De hecho, es uno de los principales focos de frío de la casa.
- Las ventanas: las paredes de cualquier vivienda moderna tienen una capa aislante que protege del frío, pero en las ventanas no hay nada de eso: tan solo cristal.
- Balcones, terrazas y otros espacios abiertos: aquí es peor que con las ventanas, porque las dimensiones del espacio desprotegido son mayores, y además suelen estar expuestas al viento, que aumenta aún más la sensación de frío.
Teniéndolos localizados, es mucho más fácil emprender las acciones que nos ayudarán a:
- Evitar o dificultar la entrada de frío.
- Conservar mejor la temperatura interior.
- Ahorrar en calefacción.
- Las puertas: aquí poco podemos hacer, salvo asegurarnos de tener un faldón interior. Estos faldones son muy útiles porque, además de cortar la entrada directa del aire frío por la rendija, también impiden la entrada de polvo, ayudando a mantener la casa más limpia.
- El suelo: para algo se inventaron las alfombras. La relación es directa: a más alfombras (y más gruesas), mayor temperatura. El frío no consigue atravesar los tejidos, y el calor se disipa con mucha mayor lentitud. La excepción serían los suelos de parqué, que al ser de madera aíslan muchísimo mejor.
- Las ventanas: la capacidad aislante del cristal es el principal factor que determina la entrada del frío. Quizá sea el momento de renovar las ventanas y ponerse unos cristales con cámara de aire, que aíslan mejor. Comprueba siempre, en todo caso, que las gomas del marco están en buen estado, y que no se cuela aire frío por ninguna rendija.
Para los espacios abiertos… vamos a tener que darles su propia sección.
Cómo proteger del frío los espacios abiertos
Tenemos que pensar este problema en dos etapas: cuando aún no tienes cortinas de cristal, y cuando ya las tienes.
Cuando tu balcón o terraza todavía están abiertos, en esta época del año están prácticamente inutilizados, y el cristal que los separa del interior, cerrado. Y en ese cristal golpea el frío con toda su fuerza. Tanta que, incluso con su cámara de aire, entrará. Ante esto, tienes dos medidas básicas:
- Cortinas: cuanto más gruesas, mejor. Impiden que el frío que se transmite por el cristal vaya más allá.
- Persianas: una línea de defensa básica (si la tienes, cosa que no siempre es así) con la contrapartida de que no pueden usarlas de día. A menos que te guste vivir en una cueva a oscuras, claro.
Pero existe una tercera opción que lo cambia todo: acristalar el balcón o terraza.
Por qué el acristalamiento de la terraza te ayuda a luchar contra el frío
El problema de las terrazas en invierno no es solo el frío, sino que están azotadas por el viento, y todo ello impacta sobre la cristalera que da al interior. Pero si instalas un cerramiento en la terraza con unas cortinas de cristal, la primera línea de defensa se desplaza hacia delante. Ganas metros entre el frío directo y el interior de la vivienda.
Una vez instalas las cortinas de cristal, sus 8-10mm de grosor son los que reciben tanto el frío como las rachas de viento. Sin ser un cerramiento 100% estanco ni tratarse de un cristal aislante térmico, la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior acristalado ya es de unos 2-3 grados.
Puede que 2 o 3 grados te parezcan poca cosa, pero significa menos presión del frío sobre el cristal que da al interior. Y, además, las rachas de viento tampoco impactarán directamente sobre él. Así que, con un cerramiento acristalado, contribuyes a una mayor conservación del calor interior.
Por sí solo, esto ya convierte el cerramiento en una buena medida de ahorro doméstico en la climatización interior, y una reducción en las emisiones de CO2. Pero, claro, el cerramiento es mucho más: son metros cuadrados de tu vivienda que le has robado al invierno, y que vas a usar de mil maneras durante todo el año.
¿Te explicamos cómo climatizarlo de forma óptima?
Climatización de la terraza con cortinas de cristal
Antes de ponerte a cambiar la temperatura, debes recordar lo explicado antes sobre el aislamiento y los puntos fríos. En el caso de un balcón o terraza cerrado con cortinas de cristal no podrás hacer mucho en lo vertical, pero sí en lo horizontal: asegúrate de cubrir el suelo con alfombras, o incluso con césped artificial. Agradecerás cortar ese frío ascendente.
También puedes considerar revestir el muro interior del balcón o terraza con zócalos altos de madera o corcho, acorde con la decoración que hayas planteado.
Y, ahora sí, vamos a calentar ese espacio para hacerlo agradable en invierno. El tipo de climatización más adecuada para utilizar en tu balcón o terraza acristalada depende de dos factores:
- a) el uso que vayas a darle.
- b) las dimensiones del espacio.
Uso puntual vs Uso habitual
Algunas personas decoran el balcón o terraza acristalados como un jardín interior, al que salir en un momento puntual a sentarse, charlar, tomar algo, leer. Salas de estar en la que pasas un rato y luego te vas.
En estos casos, necesitas sistemas que puedan calentar rápidamente el espacio, sin mayor preocupación por la conservación una vez te marchas. Las estufas de lámpara de cuarzo pueden ser una buena opción, así como estufas de parafina (que puedes transportar fácilmente a donde quieras) o radiadores eléctricos clásicos, que pueden ser de resistencia o de aire.
Otras personas, en cambio, plantean el cerramiento de terraza para usarlo de forma intensiva. Algunos de nuestros clientes se han montado un despacho con vistas increíbles en el balcón. Otros tienen niños y usan el porche o la terraza de invierno como zona de juegos.
En estos casos podemos seguir utilizando los métodos anteriores, pero las lámparas de cuarzo y las de parafina quedarán cortas, y los radiadores eléctricos supondrán un gasto elevado. Una opción más eficiente sería un aire acondicionado con bomba de calor, ya que además de ser silenciosa, es una solución que eleva la temperatura de forma homogénea y gradual, y la mantiene con menor gasto energético.
Espacio pequeño vs Espacio grande
Un balconcito acristalado resultará bien acogedor con una sencilla lámpara de cuarzo, y consumo y gasto quedarán controlados. También los radiadores eléctricos: aunque el precio de la electricidad es más elevado que el del gas, al tratarse de un espacio pequeño no exigirá demasiado uso.
Pero cuando vamos a espacios grandes, la cosa cambia. Los radiadores eléctricos pueden calentar zonas, pero hay muchos metros cúbicos de aire frío ahí dentro, así que es más eficiente ir a por opciones más consistentes.
En terrazas de más de 20m2, por ejemplo, las estufas de gas son una solución óptima: potentes y baratas, ya que la bombona de butano es la fuente más barata de gas no canalizado. Requiere, eso sí, ventilación regular del espacio, y no es recomendable cuando hay niños o mascotas por en medio.
El aire acondicionado con bomba de calor es la otra opción óptima para espacios grandes. Es una inversión que te servirá igual en lo más crudo del invierno y en lo más tórrido del verano. ¡Asegúrate de comprar un aparato con alta eficiencia energética!
Esperamos que esta guía te haya dado las claves para aislar adecuadamente tu casa en invierno, y disfrutar de una terraza acristalada en invierno con un buen ahorro doméstico. ¡Que la cuesta de enero agradece cualquier ayuda! Y más una ayuda que nos gana metros cuadrados para disfrutar más de nuestra vivienda…
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